Este artículo fue traducido por el periodista Edgar Zúñiga.
Brisceida Licona, una inmigrante mexicana que ha vivido en Utah desde el 2006, no fue a trabajar el lunes.
En vez, fue al capitolio del estado de Utah y se unió a 150 personas que se manifestaron para instar al Presidente Biden y a los legisladores de Utah para que actúen para una reforma migratoria.
Cánticos de “Sí se puede” resonaron entre la multitud mientras la bandera estadounidense y la bandera mexicana ondeaban en el aire.
Todo fue parte de la campaña nacional “Dia sin Inmigrantes”, que busca presionar políticamente al Congreso y a políticos electos como el Senador Mitt Romney, R-Utah y el Senador Mike Lee, R-Utah, — para que apoyen un camino a la ciudadanía con el Acta “Build Back Better” o “Reconstruir Mejor” en español para los 11 millones de inmigrantes indocumentados. Licona dijo que quiere apoyar a su comunidad y empujar para un cambio. El día se conmemoró para simbolizar las contribuciones de los inmigrantes en la economía y la vida diaria.
“Somos los primeros en ayudar con la fuerza laboral”, dijo Licona en español. Hacemos el trabajo que los estadounidenses no quieren hacer. Cuando empezó la pandemia, éramos esenciales, no paramos de trabajar — continuamos trabajando aun cuando los estadounidenses temían infectarse de COVID-19”.
Licona dijo que los inmigrantes indocumentados como ella a menudo son excluidos de programas gubernamentales como beneficios de desempleo, seguro social, fondos de estímulo federal o seguro de salud a pesar de pagar impuestos.
Dijo que quiere que las personas entiendan que son humanos y merecen derechos fundamentales.
Comunidades Unidas, una organización sin fines de lucro latina, organizó el evento. Recibieron apoyo de líderes estatales como el representante Robert Spendlove, R-Sandy, y la Cámara de Comercio de Salt Lake.
Brianna Puga, organizadora comunitaria de Comunidades Unidas, enfatizó que los inmigrantes no pueden ser catalogados de esenciales y luego deportables.
“Nuestra meta es crear conciencia acerca de las promesas incumplidas, elevar las historias de nuestra comunidad indocumentada, e instar a los oficiales electos a que apoyen un nuevo camino a la ciudadanía”, dijo Puga. “Estamos determinados a ganar este año y sabemos que el senado puede proveer la ciudadanía estadounidense a través de la reconciliación”.
Según datos del congreso, los trabajadores inmigrantes en Utah conforman el 11,2% de la fuerza laboral estatal y casi el 13% de los trabajadores esenciales.
Martha Black, una activista comunitaria e inmigrante indocumentada, dijo que la comunidad ha esperado más de 36 años para que haya una reforma exhaustiva.
En 1986, el Congreso aprobó de forma bipartidista el Acta de Reforma y Control de Inmigracion, que se enfocó en el cumplimiento de la ley para crear un camino a la residencia.
“Sostenemos el país", dijo Black. “Ayudamos a construirlo juntos. Pagamos impuestos, contribuimos. Queremos que se note nuestra ausencia hoy. Quiero que la gente diga ‘o, ¿dónde están todos los latinos? ¿Dónde están todos los inmigrantes”?
Los inmigrantes contribuyeron $1,800 millones en impuestos y tuvieron un poder adquisitivo de $5,800 millones en Utah en el 2019, según datos de New American Economy, una organización de investigación y defensoría enfocada en política pro inmigrante.
