Este artículo fue traducido por el periodista Edgar Zúñiga.
Wyatt Perides estaba sentado dentro del Arby’s al cruzar la calle de una zona de construcción en Orem a comienzos de noviembre. Estaba en su hora de almuerzo, disfrutando de no estar afuera bajo las fuertes lluvias de ese día.
Llevaba un chaleco amarillo fosforecente, con las mangas de su sudadera beige subidas a sus antebrazos, y sus botas cubiertas en lodo. Llevaba días sin afeitarse lo cual hizo que su joven cara luciera mayor.
Perides tiene 20 años y lleva trabajando en la construcción durante los últimos cuatro años. Pasa la gran parte de sus días, trabajando turnos de ocho a quince horas al aire libre — llueve, truene o relampaguee, incluso en días con mala calidad del aire.
Dice que ha padecido de asma toda su vida y que es una condición con la cual ha aprendido a lidiar. Pero cuando trabajo al aire libre cuando el aire está contaminado, se fija más en su respiración.
“Tengo un inhalador de albuterol, así que en esos días lo único que puedo hacer es decir ‘que se va a hacer’, inhalar un par de veces y esperar que estaré bien'', dijo Perides.
Este verano, Utah vivió algunos de los días con peor contaminación ambiental en el mundo. Esto debido al humo de incendios forestales causado por eventos regionales como el incendio de Dixie en California. El aire estaba repleto de partículas finas y ozono, conocidos por tener efectos nocivos a la salud.
Se recomendó que las personas no salieran al aire libre el 6 de agosto — Perides tomó su inhalador, se puso su casco protector y se fue a trabajar. Recuerda que llegó a la zona de construcción, anticipando que sería un buen día.
“Estaba un poco nublado”, dijo Perides. “Pensé que era neblina pero cuando daba el sol, parecía un incendio en frente tuyo. Ya como a las tres de la tarde, se puso tan mal que casi no podíamos ver el gran tractor de pala. Teníamos que estar a diez pies de él".
Perides dijo que tuvo un poco de dificultad al respirar ese día. Intentó llamar a su jefe para avisarle de su condición pero las llamadas iban al buzón de voz. Después de la quinta vez supuso que no valía la pena seguir intentando.
Otro supervisor repartió algunos tapabocas y el día transcurrió de forma habitual.
“Cuando se trata de mi salud y de mi seguridad, a veces siento que estoy al limite, sabes”, dijo Perides. “Pero otros días en verdad no tengo opción. Tengo que llevar comida a la mesa y da miedo”.
El respirar ese aire contaminado puede tener un impacto negativo a la salud a largo plazo, especialmente para quienes pasan horas al aire libre haciendo trabajos pesados.
Kristina Dahl, científica ambiental senior con la organización científica Union of Concerned Scientists, estudia el impacto del cambio climático en los obreros al aire libre. Se especializa en temas de calor extremo pero ha visto como otros factores como el aire contaminado afecta a los trabajadores.
Dice que no solo son personas como Perides con asma que están en riesgo.
“Las partículas finas generalmente afectan más a las personas con condiciones preexistentes”, dijo Dahl. “Pero el exponerse a partículas finas está asociado a las enfermedades cardiovasculares, al igual que a los problemas respiratorios y a la muerte prematura".
Dijo que aunque las personas jóvenes y saludables tal vez no sientan los efectos a diario, puede tener consecuencias serias a la salud a largo plazo.
Un estudio de la Universidad de Brigham Young arrojó que la expectativa de vida es entre 1,1 y 3,6 años menos debido al aire contaminado.
Dahl también dijo que hay desigualdad en la forma en que se sienten las consecuencias. Ciertas poblaciones están más expuestas a estas condiciones.
“Los trabajadores al aire libre son personas que tienen menores ingresos que el público en general”, dijo. “Son personas de color [minorías etnicas] de forma desproporcionada e historicamente, vemos que estos grupos de personas viven situaciones financieras que no les permite contar con un purificador de aire en casa”.
Según el UC Berkeley Labor Center, centro especializado en la mano de obra, estos grupos son menos propensos a contar con un seguro médico.
Brandon Dew es presidente de la Federación de Mano de Obra de Utah Central y un ex mecánico diésel. Dice que el aire contaminado no está en mente de muchos obreros.
“Creo que la calidad del aire no es un tema del cual se esté educando en los sitios de trabajo ni que se trate como la crisis de salud que tiene el potencial en convertirse”, dijo.
Dew dijo que las consecuencias a la salud por temas de trabajo no se hacen sentir sino años después — como su pérdida de audición por no usar protección de oídos.
Dice que la mayoría de los trabajadores no están pensando a largo plazo. Tienen que llegar a fin de mes y no pueden darse el lujo de no ir al trabajo.
“No tienen ingresos suplementarios”, dijo Dew. “Les pagan por hora. Para poder darle un techo a sus familias y llevar comida a la mesa para sus hijos, tienen que ir al trabajo todos los días”.
Estados como California, Washington y Oregon han adoptado ciertas protecciones para los obreros al aire libre — como el requerir que los empleadores provean tapabocas KN-95 si la calidad del aire se torna nocivo.
Pero Utah no cuenta con este tipo de protecciones. La División de Salud y Seguridad Ocupacional de la Comisión del Trabajo en Utah le dijo a KUER que no es un tema en el cual están trabajando en este momento. Se negaron a comentar más sobre el tema para este reportaje.
Pero un legislador de Utah está planeando una serie de fuertes propuestas para abordar el tema de la calidad del aire de forma más global. La legislación crearía nuevos estándares para las nuevas construcciones para reducir las emisiones y hacer que los propietarios de autos muy contaminantes paguen más para matricular sus vehículos.
Entre tanto, Dew dijo que es el trabajo de los sindicatos de crear conciencia y abogar por los derechos del trabajador.
“Se tiene que hablar del tema de forma regular en las reuniones de seguridad que se llevan a cabo en las zonas de construcción — de los impactos negativos a largo plazo de los días de mala calidad de aire y los tapabocas, como de los efectos a nuestra audición y los tapones de oído”.
Dew dijo que implementar reglamentaciones que requieran los tapabocas es difícil ahora debido a la fuerte politización durante la pandemia.
Por su parte, Perides dice que desearía que más personas consideraran la salud de los trabajadores al aire libre y efectuaran grandes cambios para proteger el aire.
“Las personas siempre pueden tomar un bus, el tren, o montar en bicicleta. No es tan difícil”, dijo mientras terminaba su almuerzo antes de regresar al trabajo.
Por ahora, Perides mantendrá su inhalador cerca y espera que eso sea suficiente protección.
