Este artículo fue traducido por el periodista Edgar Zúñiga.
La poesía es magia. Esto es lo que dice Elizabeth Cruz — ella cree firmemente que sus escritos pueden ayudar a salvar el Gran Lago Salado.
“La Madre Tierra llora. La Madre Tierra sufre. Y a veces es por la mano del hombre”, dijo. “La poesía nos hace soñar un mundo nuevo”.
Cruz es de Veracruz, México y empezó a escribir a muy temprana edad. Su padre tenía una zapatería y ella escribía en las suelas de los zapatos. Ella es una mujer pequeña con pelo oscuro, corto y ondulado, y con lentes morados. Sus gestos son igual de grandes a su pasión por la poesía y al rescate del Gran Lago Salado.
“Nuestras montañas, nuestros lagos, nuestros árboles, son los que nos dan vida y debemos amarlos, respetarlos y prolongarlos”, Cruz dijo. “Yo siento que la Madre Tierra sufre – no la cuidamos. La contaminamos, y nosotros mismos asesinamos a esta bella naturaleza que no sabemos disfrutar ni agradecer. ¿Y cómo agradecemos? Cuidando esta bella naturaleza que es nuestro hogar”.
Cruz dijo que visitó el Lago Salado por primera vez hace mucho tiempo.
“Impresionó mi vida – su belleza, su mineral. Es vida para mí. Es un lago lleno de historia, porque cierro mis ojos y veo a los pioneros y veo a sus generaciones. Y ahora estoy yo aquí con tristeza. Veo como muere lentamente el lago cada día”.
El poema de Cruz sobre el Lago Salado enfrenta lo que alguna vez fue con lo que es, y con lo que será.
Salvemos el lago salado.
Aquel lago impresionante el orgullo del estado
se empezó a evaporar, se evapora su historia
se evapora su grandeza, su belleza y mineral
sensaciones de tristeza, nos invade al mirar
de aquel lago tan inmenso, solo un charco quedará.
Las montañas son testigos, de aquel fulgor celestial
sus primeros habitantes, se esmeran por cuidarlo
y por no contaminarlo, generaciones pasaron
y poco lo apreciaron, aquella bella riqueza
con la ayuda del humano, poco a poco lo secamos.
La sal se encuentra esparcida
dejando sus huellas por doquier.
¿Por qué se secó el lago?
no lo supimos cuidar
sus aguas no valoramos, ni tampoco su cristal
porque somos solo expertos
para destruir, para asesinar
destruimos nidos de aves, que tienen que emigrar.
Destruimos la naturaleza, que el oxígeno nos da
destruimos la madre tierra, que es nuestro bello hogar
la nueva generación, se tendrá que imaginar
que un día existió un lago, de belleza Celestial.
Cruz especialmente espera que pueda generar conciencia en las nuevas generaciones.
“La poesía hace la diferencia porque nosotros la presentamos. Y si tocamos un corazón, empieza una nueva generación de cambio. Si tocamos dos corazones, vamos creciendo. Entonces lo importante es llegar al corazón del público, al alma del público, para que transforme sus generaciones y este mundo sea mejor”.
Ella aprovecha cada oportunidad para compartir su poesía. Recientemente ella viajó cinco horas a un evento solo para leer su poema de dos minutos sobre el lago.
“Caminé para un lado. Caminé para otro. Y al final no me rendí porque para mí era importante estar en ese lugar especial con tanta gente maravillosa, porque juntos íbamos a salvar este mundo y los lagos, los árboles y la naturaleza”, Cruz dijo. “Nunca me rindo. Y tengo piernas fuertes para caminar y mucha paciencia para llegar.”
Cruz cree que la poesía es una chispa para el cambio.
“Es importante que ese fuego que esté en nuestro corazón se mantenga vivo. Porque es pasión, es energía, es vida, es entrega, es creatividad. Mientras haya fuego en nuestra vida, vamos a vivir con intensidad, por lo que podamos transmitir. Pero el día que se apague el fuego, se apaga también nuestra vida y entramos en un mundo de oscuridad y de depresión.”
Elizabeth Cruz es parte de Escritores de Utah. Ella escribe sobre muchas causas diferentes y ha compartido su poesía en varios países. Su poema “Salvemos el lago salado” aparece en el Great Salt Lake Anthology, el cual es producido por el Great Salt Lake Collaborative y el Salt Lake Community College Community Writing Center.